No son habituales las esculturas de bulto redondo en la tradición maya, concentrándose en los relieves integrados de manera sensacional en los edificios. Muchos de estos relieves presentan guerreros pertenecientes a las órdenes militares del jaguar y del águila; grandes losas talladas con jaguares y águilas devorando corazones humanos y asociadas a plataformas que conservan el talud y el tablero como remanente de la decoración escultórica característica del centro de México; tronos sostenidos por atlantes con los brazos en alto, portaestandartes y serpientes emplumadas asociadas a fustes de columnas que fueron empleadas para sostener los dinteles de los edificios. Entre los relieves más atractivos procedentes de Palenque destaca esta estela, uno de los bajorrelieves que sujetaban el trono de Palenque en una de las salas del Patio Central del palcio. El personaje es uno de los cuatro Bacabs, dioses mayas sobre los que se sutentaba la bóveda terrestre. Portador de una red en su cabello, lo que le identifica, sujeta bajo su cuerpo al monstruo Imix. Además, en la estela están representados seis grifos, que aluden a la madre del rey Pakal. Esta magnífica pieza fue recogida por Antonio del Río en la primera expedición arqueológica realizada bajo el patrocinio de la Corona de España. Estela de Madrid. Museo de América (Madrid)